Una de las situaciones que toda mamá lucha por evitar, es ese momento cuando su pequeño se cae o golpea por primera vez. Si estuviera en sus manos, quizás la mayoría optaría por proteger a su bebé al máximo y que ojalá llegara hasta viejito sin ningún rasguño. Lamentablemente las caídas, golpes y raspones son parte inevitable del crecimiento, es la forma en que los niños aprenden a desarrollar su habilidad motora y su independencia.
Teniendo en cuenta que no se puede evitar las caídas al 100%, es mejor darle a los bebés y niños la libertad que necesitan para poder jugar, pero tomando algunas precauciones para evitar accidentes de gravedad.
Por ejemplo, es importante que mientras juegue esté bajo la supervisión constante de un adulto y que el área no tenga escaleras sin protección, esquinas puntiagudas y otros peligros.
Sin embargo, cuando llegue el momento de alguna caída fuerte, es importante saber cómo reaccionar, para corroborar que todo está bien o de lo contrario saber identificar cuándo hay que preocuparse y llevar al niño a algún centro asistencial.
¿Qué hacer cuando mi hijo se cae?
Lo primero que debes hacer es mantener la calma para ser capaz de observar qué le pasa al bebé o niño después de la caída. Correr a su lado cada vez que se tropieza te pondrá los nervios de punta y además puedes traspasarle tus nervios e inseguridades. La mayoría de las veces no se trata de una lesión de importancia.
Lo principal es chequear que el pequeño no tenga ningún daño neurológico, si el pequeño llora es un buen signo, eso quiere decir que está consciente y puede respirar por sí solo. Debes preocuparte cuando el bebé presenta alguno de estos signos:
No llora
No despierta
Comienza con convulsiones
Presenta movimientos anormales en las extremidades y/u ojos
Muestra extrema somnolencia
Presencia de un hematoma en la cabeza, lo que quiere decir que la intensidad del golpe le provocó sangramiento
Si llora o grita por mucho tiempo, podría indicar una herida o hemorragia interna
Si tu bebé no tiene ninguno de los signos mencionados anteriormente, de todas formas observa su comportamiento durante las siguientes 24 horas y evita que duerma inmediatamente después del golpe. Dependiendo de su edad, fíjate si hay cambios en su forma de gatear o caminar, si está mareado, presenta debilidad o confusión o problemas para hablar.
Si se sigue comportando como lo ha hecho siempre, lo más probable es que no tenga ningún problema.
Algunos consejos que te ayudarán a prevenir
Quita de las ventanas sillas u objetos sobre los que pueda escalar